miércoles, 22 de abril de 2009

Soñemos la Escuela que todos y todas deseamos

Comunidades de Aprendizaje se basa en la participación. Todos los sectores de la Comunidad intervienen en el proceso educativo. Se hace entonces necesario conocer cuáles son las inquietudes, las demandas y los sueños que cada uno deposita en la Escuela. Es la fase del sueño. En ella todos y todas pensamos qué tipo de escuela es la que deseamos y de esta forma nos expresamos en un proceso conjunto. Soñamos los profesores y profesoras, los familiares, el alumnado, el voluntariado y cualquier persona que desee implicarse en la enseñanza de nuestros alumnos y alumnas. Antes de iniciar la comunidad entre todos, soñamos en primer lugar qué es lo que queremos. Detectamos así las demandas de cada sector y recabamos las ilusiones de cada uno de los integrantes de una comunidade educativa. Una vez recopilados los sueños, podemos empezar a construir la escuela que queremos.

En nuestro Centro iniciamos la fase del sueño en Enero. Normalmente, los centros dedican de dos a tres meses a esta fase. Lo primero que hicimos fue comprar “cajas” que hicieron las veces de urnas en las que depositar los papeles que cada persona escribía y donde reflejaba sus sueños. Depositamos una urna para los sueños del profesarado en la sala de profesores. En ella era habitual ver a los compañeros y compañeras escribir sus sueños y depositarlos en la caja. Depositamos otra urna para los sueños del personal no docente, compañeros y compañeras a veces olvidados, pero que prestan una labor fundamental.

Para recabar los sueños de nuestro alumnado decidimos que cada tutor/a, en su hora lectiva con el alumnado, se llevase una urna. En ella, bien al principio de la sesión o bien al final, los alumnos escribían sus sueños en un papel y lo depositaban en la caja. Una vez finalizado, el tutor devolvía la caja a la sala de profesorado hasta que otro tutor/a volviera a utilizarla. Este proceso se hizo durante dos meses. A pesar de las escasas expectativas que teníamos en los sueños del alumnado, comprobamos hasta que punto se implicaron y escribieron cosas realmente interesantes. Una vez más, nuestros alumnos estuvieron muy por encima de lo que en principio imaginábamos.

Lo más complicado fue recoger los sueños de los familiares, del voluntariado y de la gente del pueblo. Decidimos entonces crear la primera comisión mixta que denominamos como “Comisión mixta de marketing”. Estuvo integrada por cuatro profesoras del claustro y por tres madres de nuestro alumnado. Elegimos a aquellas que tuvieran hasta entonces una mayor implicación en las tareas del centro. La Comisión fue reuniéndose periódicamente, normalmente en los recreos. Las madres nos aportaron ideas excelentes acerca de cómo difundir la fase del sueño entre la gente de Cúllar. Comenzamos a comprender la filosofía de una comunidad de aprendizaje: diálogo, participación, colaboración, consenso y trabajo en equipo entre todos los sectores de la comunidad.

Hicimos carteles de gran tamaño, confeccionados en una imprenta, que colocamos de forma estratégica por aquellos sitios que nos reconmendaron nuestras madres. Hablamos con los establecimientos más concurridos y en ellos dejamos urnas para los sueños. Se colocaron carteles en la fachada el Ayuntamiento, con los permisos pertinentes, así como urnas en la Casa de la Cultura del pueblo. Se llegó a utilizar un vehículo propio al que se colocaron unos altavoces y desde donde una profesora difundió la fase del sueño por el pueblo...

En el mes de Marzo recogimos todas las urnas. Fueron cientos de sueños los que logramos recabar de todos los sectores de la Comunidad educativa. Teníamos ilusión en comprobar qué escuela deseaba cada sector; si los sueños podían repetirse; si coincidían de alguna manera. Nuestra comunidad había soñado la escuela que quería. Y los sueños tendrían que ser, posteriormente, materializados.



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