sábado, 11 de abril de 2009

Las madres en la Escuela


No es fácil la labor docente. Los profesionales que nos dedicamos a este oficio sabemos de las dificultades a las que nos enfrentamos. Hay que superar prejuicios sociales heredados de tiempos pretéritos, a veces ganados con merecida fama. La labor del maestro y de la maestra parece perder peso en la sociedad actual. Transmitir los valores de la igualdad, del respeto y del trabajo continuo no tienen buena prensa entre nuestro alumnado. Además, dentro de nuestro colectivo, existen como en todas las profesiones, personas con escasa paciencia y nula vocación.

Pero es que tirar los viejos tabúes es una tarea difícil, que requiere una persistencia prolongada en el tiempo y alejada de cualquier desánimo. Entre los profesores y profesoras cultivamos nuestros propios “fantasmas”. Es habitual pensar que las madres, los padres y en general los familiares de nuestros alumnos y alumnas no nos entienden. Solemos caer en la idea de que no valoran nuestro trabajo y que, incluso, nos critican. De esta idea, forjada en los claustros, a fuerza de ser verbalizada y oída, terminamos todos impregnándonos hasta el punto de creer que ese pensamiento es real. En efecto, las madres y los padres de nuestros alumnos y alumnas no acuden al Centro, no entienden nuestra labor docente y no nos apoyan. Este mensaje es amplificado hasta el infinito por los medios de comunicación que solo se acuerdan de los Institutos en la “tele” cuando una madre o un padre ha agredido física o verbalmente a un compañero o compañera. Que horror. El muro de la incomunicación queda así cimentado sobre pilares idealizados que en ningún caso responden a la realidad. Al menos, a “nuestra” realidad.


No. La vieja idea de un colectivo de familiares en nuestra contra es literalmente falsa. Y el IES Gregorio Salvador puede certificarlo. No es cierto que las madres y padres estén contra nosotros y que no deseen participar. Naturalmente que cuando la convocatoria responde a un acto informativo la mayor parte de los familiares no acuden. Solemos quejarnos de la falta de representatividad de los Consejos Escolares. Pero todos sabemos que este órgano colegiado ejerce escasas funciones dentro del ámbito académico de un Centro. Por el contrario, cuando citamos a los familiares para opinar, decidir y consensuar entre todos y todas, la respuesta es masiva. Y los padres acuden por que tienen voz y sobre todo voto.


Qué difícil se hace romper tendencias. Lejos de ser falsa la idea de familiares poco participativos y con gran desidia, nuestras madres y padres están colaborando con todo el profesorado del Instituto de una manera encomiable, incluso más allá de una participación normal. No es fácil encontrar personas que durante su tiempo libre estén dispuestos a “trabajar” para la comunidad educativa. No es habitual encontrar familiares que a cambio de nada, nos acompañen en nuestras aulas, por las mañanas, colaborando codo con codo con los profesores y profesoras. No es normal que nuestras madres estén dispuestas a participar durante las frías mañanas del invierno. ¿Alguien de nosotros estaría dispuesto a regalar horas, por ejemplo, para ayudar en un Centro de salud?


Qué triste la imagen televisiva de las agresiones. Claro que existen y claro que hay que dar noticia de ello. Pero no es la norma de los Centros educativos. En muchos de ellos, profesionales de la docencia junto con madres y padres llevamos años trabajando en la misma dirección, apoyándonos mutuamente y colaborando en las tareas educativas. Ese es el futuro de la educación. Y en el IES Gregorio Salvador es ya nuestro presente. Desde aquí gracias a todas las madres, padres y familiares de Cúllar que con su ayuda desinteresada están logrando hacer de la labor educativa en nuestro Centro una tarea de todos y todas, donde la Comunidad educativa en su conjunto, de verdad, es la que educa y transmite valores.


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