martes, 5 de mayo de 2009

Grupos interactivos: el aprendizaje dialógico



Luisma landaluce del IES Mungia de Bilbao habla sobre los grupos interactivos y la participación de las familias




En la nueva sociedad de la información, el aprendizaje dialógico se muestra como el más adecuado para responder a las nuevas necesidades formativas. Cuando mejor comprendemos un texto es cuando tenemos que comentarlo con otra persona. El aprendizaje dialógico fomenta el diálogo entre iguales dentro del aula y fuera de ella. Una de las formas de experimentar esta relación dialógica es a través de los grupos interactivos.

La dinámica que llevamos a cabo en nuestro centro es muy sencilla. El profesor/a divide su grupo de alumnos en pequeños grupitos, en torno a cinco alumnos cada uno. Es fundamental que tales subgrupos sigan respetando la esencia de la heterogeneidad del grupo clase. Normalmente, lo ideal es que haya al menos un alumno/a en cada grupo capaz de explicar las actividades a sus compañeros. Junto a éstos habrán alumnos/as disruptivos, desmotivados, repetidores y en igualdad de género. En cada grupo un voluntario/a. En nuestro caso las madres respondieron desde un principio de forma entusiasta.

El profesor reparte entonces una ficha de trabajo para cada grupo. Normalmente en torno a cuatro o cinco actividades graduadas en cada ficha. Los alumnos van rotando de grupo en grupo cada vez que el profesor así lo indica. Es importante que los voluntarios permanezcan en su mesa.

Al principio las madres se mostraban recelosas. Pensaban que no podrían ayudarnos en la organización de los grupos interactivos al carecer de fundamentos académicos. Todo lo contrario. El voluntario tiene como papel dinamizar cada grupo. Deberá asegurarse de que las interacciones dialógicas se establecen entre todos los alumnos y alumnas de su grupo. El protocolo de actuación es el siguiente: uno de los alumnos lee la primera actividad a sus compañeros. Todos los bolígrafos están encima de la mesa. Aquel que sepa la respuesta deberá entonces explicársela al resto de compañeros de mesa. La madre tiene que garantizar que todos los alumnos han entendido correctamente la respuesta. Deberá procurar que participen de forma activa y que nadie quede relegado. Una vez que se ha comprendido la respuesta es el momento de que cada alumno coja su bolígrafo y escriba en su cuaderno la respuesta, sin copiarse unos de otros. El siguiente alumno lee la segunda pregunta y el proceso se repite. No explicamos valores. En los grupos interactivos estamos trabajando valores. Lo alumnos se escuchan, se respetan. Los que saben explican los conceptos al resto. Se trabaja en equipo. Todos se ayudan. Desaparece por completo el clima disruptivo. Con los grupos interactivos logramos enganchar al alumnado que en otras situaciones suele estar aburrido y desmotivado, hablando con el compañero de pupitre. Los grupos interactivos nos han permitido superar los agrupamientos flexibles. Y nos planteamos seriamente ir eliminando paulatinamente la diversificación curricular.

Se trabaja prácticamente el doble. El alumnado nos demanda cada vez con mayor insistencia la organización de grupos interactivos, a pesar de que están trabajando a un ritmo muy superior al normal. El profesorado agradece la posibilidad de cambiar su rutina habitual. Las madres salen de las aulas con el orgullo de haber prestado su ayuda al aprendizaje de los alumnos en materias complejas. No olvidemos que algunas de nuestras voluntarias no han cursado estudios de secundaria y algunas apenas han terminado la primaria.

Las familias trabajando codo con codo con los profesores. Cuando algo se conoce desde su interior permite eliminar prejuicios.

Convirtamos las dificultades en posibilidades. Uno de los principales problemas con los que se encontró el profesorado fue tener que contactar con las madres telefónicamente cada vez que querían organizar un grupo. Esta rutina acabó desanimando a una parte de los compañeros y compañeras dada la “pérdida” de tiempo que suponía hablar con las voluntarias. Para este curso decidimos crear la figura de la “coordinadora del voluntariado”. Es una compañera con reducción de sus horas de guardia para contactar con las madres. Cuando un compañero desea hacer un grupo interactivo, se lo comunica a la coordinadora con una semana de antelación. “Deseo hacer un grupo el martes próximo a tercera hora”. La coordinadora contacta entonces con las madres disponibles en ese día. El profesor o la profesora se encuentra con todo organizado al entrar en su clase del martes a tercera hora.

Para el curso próximo queremos protocolarizar los grupos interactivos desde los departamentos. Si así lo estiman oportuno los jefes o jefas de departamento, estos podrán suscribirse a la metodología de grupos interactivos. Ello supondrá que todos los integrantes del departamento deberán organizar al menos dos grupos interactivos al trimestre por cada grupo y materia que imparta. Queremos aprovechar este extraordinario potencial de voluntariado para implementar la metodología en un número de horas semanales importantes. Estamos convencidos que podremos de esta forma llegar a un planteamiento enriquecedor, superando aprendizajes compensatorios que terminan aumentando la dualización entre los “mejores” y los “peores”.


3 comentarios:

Drinking gaseosa dijo...

Que no te había dicho nada todavía. Muy interesante el blog. Es estupenda la recopilación de materiales y enlaces que has hecho. Y, cómo no, interesantísimas tus apreciaciones.
Un blog muy necesario.

José Luis dijo...

Muchas gracias David ¡Mi primer comentario! y además positivo... Animaros y participad en este blog. Todos podemos decir muchas cosas...

Pere Soriano dijo...

Hola José Luis, me he permitido enlazar tu blog desde la web de La Torreta de Elche. Sabes que tu visión de lo que se puede (y se debe) hacer es muy ilusionante. Enhorabuena y a ver si algún día llegamos a vuestra altura.