sábado, 26 de diciembre de 2009

La participación dentro del aula; fiesta de la convivencia y del aprendizaje



Donde verdaderamente Comunidades de Aprendizaje alcanza toda su razón de ser es en el ámbito del aula, aquel espacio en el que habitualmente los docentes suelen crear su propio “reino de Taifas” inaccesible para el resto de compañeros, compañeras y demás componentes de la comunidad educativa.

Algo que distingue a los centros en comunidades es esta ruptura absoluta a la hora de compartir el aula para que entre todos y todas podamos dialogar, aprender y consensuar. Que magnífica experiencia saltar esa barrera infranqueable y regalar nuestro tiempo al resto de la comunidad. Es curiosa la forma de ser del profesorado y en general de los seres humanos. Cuánto mal hacen los prejuicios ganados a base de tiempo y basados en creencias falsas. Basta un solo minuto de participación, de reunión para comprobar que lo que hace un instante era considerado pernicioso, ahora lo consideremos una experiencia maravillosa. Seguramente todos estas falsas percepciones tengan su base en la falta de confianza y seguridad. En el temor a que en el momento que compartimos nuestros espacios, podamos ser fruto de la crítica y menosprecio. Todo lo contrario.

Peor que la absoluta falta de formación que tenemos todos aquellos que nos dedicamos inicialmente a esta bendita profesión, es el hermetismo de nuestros compañeros, sobre todo de aquellos que consideramos profesionales veteranos. Además de desconocer las técnicas y metodologías básicas a la hora de afrontar el aprendizaje, carecemos de la posibilidad de aprender de nuestros vecinos. Los docentes somos quizás uno de los trabajadores más defensores de nuestra intimidad. Cerramos la puerta a nuestro paso e incluso se da el caso de colocar “papelitos” en los ventanucos del aula para que impidan visualizar lo que ocurre dentro de nuestro espacio. Ocultándonos no solo demostramos nuestra manifiesta inseguridad sino que impedimos que otros compañeros menos veteranos puedan aprender de nuestro oficio y forma de hacer. Triste paradoja esta que nos obliga a aprender a base de caídas, errores y meteduras de pata, siempre y cuando, eso si, nuestra actitud sea la de mejorar. Y el proceso se perpetúa en una rueda sin fin.

Bienvenido el aprendizaje dialógico. Comunidades rompe de forma demoledora con estas tendencias y proclama el placer de compartir, de ayudarnos entre todos y todas como vía lógica para potenciar y amplificar la enseñanza. Fuera papelitos. Puertas abiertas en unas aulas llenas de personas que quieren interaccionar. Es gozoso ver nuestros grupos interactivos llenos de madres, de voluntarios o voluntarias, con participación de otros profesores y profesoras o de personal no docente que nada tienen que ver con nuestra asignatura. Que fácil es vencer los prejuicios cuando se observan y aprecian tantas mejoras académicas y de convivencia. Cuando se oyen diferentes voces que no tienen por que emanar del profesor o profesora titular. Cuando madres y personas no “académicas” (que alivio...) hablan y dialogan y exponen sus criterios. ¿Por qué nos cuesta tanto vencer nuestros propios fantasmas? ¿Quiénes los alimentan...?

Animo a cualquier docente de cualquier centro de primaria o secundaria a invitar dentro de su aula a otras personas adultas, bien sean madres, padres, familiares, compañeros o compañeras de otras asignaturas, personal no docente o cualquier voluntario/a que tenga la intención y la motivación para ayudar. La metodología de grupos interactivos está suficientemente explicada en otras entradas de este blog. No hace falta un centro en comunidades. Se pide permiso al equipo directivo y se actúa. Las mejorías son notables tanto para el alumnado como para nosotros y la comunidad educativa. Es la participación y el aprendizaje dialógico. No solo trabajaremos las competencias propias de nuestra área, estaremos mejorando en la competencia social y ciudadana, en la de aprender a aprender, en la de autonomía e iniciativa personal y todo esto tan solo con aplicar una nueva metodología. ¿Así de fácil? Si, así de fácil.

La participación dentro del aula es la fiesta del aprendizaje y la convivencia.

2 comentarios:

Anabel dijo...

Buenas noches, en primer lugar me gustaría darte la enhorabuena por tu blog, es un placer ir descubriendo pedacitos de esta filosofía tan acertada... creo que es la herramienta hacia el éxito educativo, no sólo para la tan deseada búsqueda de resultados académicos positivos, sino también para mostrar a otros compañeros docentes que hay otra manera de educar, que se puede ir al "cole" o al "insti" con ganas de enseñar... Un saludo, Anabel.

P.D. Me quedo por aquí leyendo más posts...

José Luis dijo...

Gracias Anabel!!
Se trata de dar a conocer otro tipo de escuela que lleva muchos años dando resultados de éxito académico en muchos países del mundo. Una escuela inclusiva,participativa y democrática. A ver si esta filosofía va calando entre todos los claustros
Muchos abrazos!!